
Éramos tan felices Frank, solía decirle Anette a su viejo y querido amigo de la infancia…
Sus vidas habían transcurrido en un conocido poblado al sur de alguna provincia de Latinoamérica, gozaban del sol, del mar y de los amigos del vecindario. Detrás de sus anteojos Frank la miraba y se sonreía ; “solo somos un par de viejos sentimentales Anette”, solía responderle.
Pamy.
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