
Era pequeña... se llama kris, la encontré asustada una tarde en q regresaba del trabajo, parecía perdida, me acerque y fue agresiva, casi violenta, y apretaba fuerte su muñeca contra si.
En la estación del metro el personal la conocía, me dijeron que esperaba a su papá que regresaría de Francia a buscarla, solo q eso nunca sucedería pues su padre era un conocido rufián de las calles de Saint - Etienne...
Todas las tardes se le ve llegar con su muñeca a la misma hora, consultando el relojito de su manita.
Pamy.
2 comentarios:
Pam, me encanto este cuento, tiene una metáfora muy significativa que nos hace meditar en el día a día.
sigue así, con estos cuentos...
gracias ami, q mas puedo decir.
q bueno q te gusto, tambien los hago con mucho agrado.
Pame
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