Como de tantas cosas que he visto y me he enterado con entero asombro, hoy me detuve en este
que a mi parecer ameritaba la exploración de aquel sabor que ya me resulta de entera
repugnancia y apelando al unisono a mi inexpugnable curiosidad decidí conocer esto: los Tallarines con Milo.
Di vueltas en la red buscando recomendaciones que
harían la receta más menos tolerable, mas no encontré algo que contradijese mi intuición que
me decía, déjalo ya!
Recordé entonces a algún compañero de colegio que por esos años consumía feliz “ pan con
yogurt”….. Recordé otros que se deleitaban al comer “helado con palta”, o aquella amiga que
gustosa propagaba el sabor de las betarragas con miel……. O aquellos que felices consumían mermelada de
cochayuyo... (¡!)
Entonces me di a la tarea divertida de descubrir ese Mito Urbano; Tallarines con Milo , quien
podría comer Tallarines con Milo? Y un gran guácatela surgió de entre mi imaginación, mis entrañas
y la olla con tallarines cociéndose….
Y bien; coci al punto los tallarines solo que esta vez ya no utilizaría agua, sino Milo (!!)
Cocidos, color cacao, convine en q eran sin sal …. Sino dulces, por lo que recurrí a ese ingrediente
que mejoraría sustancialmente el sabor; el azúcar y seguramente así alcanzarían su máximo
esplendor.
Al ver la cocción terminada me dije. Pam este es un acto de heroísmo, y al zamparme el primer
bocado lo corroboré; hay que ser un héroe, héroe de batalla pero de batalla campal!!!
GUACATELA ¡!!!!!!!!!!!!!!
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