viernes, 8 de junio de 2018

Agua

       Amo el agua, no podría ser de otra manera y en todas sus formas; hielo, lluvia, vapor, manantiales, océanos, nubosidades...

Creo que gran parte de mi temple es propio del agua, de serlo en alguna medida  y es que sus variantes me emocionan.

El agua deja ser contenida en cuencas lacustres, y si las circunstancias lo ameritan -temperaturas extremas bajo cero- ella reacciona siendo fría y dura tomando forma en  glaciares. 

Puede ser intermitente en forma de lluvia , o casi imperceptible como la niebla que nos deja ver a través de ella y sentimos esa sensación hìdrica helada en el rostro.

El agua y nosotros, somos reflejos condicionados a estímulos, y lo somos en todos los sentidos peculiares y sustanciales descritos y en varios otros.

Tiendo a pensar no en una sensación , sino en un ser... Le das una palmada con fuerza y violencia a un charco y te devuelve tu misma violencia en la misma proporción e intensidad.

 Si quieres reirte te acompaña y lanzas un copo de nieve. Es amiga, compañera, impone respeto y sobre todo es necesaria y si no la valoras, te mueres. 

Asì es el agua. No por nada fue vida en Tetis, la diosa de la Mitologia Griega.















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