Se enamoró de un marinero bretón que navegaba atravesando el Canal del Beagle. Tras naufragar el navío, murió congelado. Recibió una carta del capitán del barco quien refirió lo sucedido. Habían logrado, junto a otros más, capear el frío y llegar a las costas.
Nada más unas cuantas letras en un papel amarillento como raído, y, lo que no se esperaba: unas notas de música que él le había dedicado a ella.
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