martes, 15 de agosto de 2023

Un besito al cielo 🌸🌸🌸🌸

 

Jamás pensé en algo como lo que estoy imaginando esta noche acerca de mi perrita Naranjita…

               Un aguacero intenso afuera en forma de temporal imparable para estos lados del sur. El fuego de una chimenea hirviente acaricia los muros de mi pequeña estancia y yo, lejos de apreciar el regocijo del cuadro pienso en mi dulce Naranjita a horas de dejarnos.

Me remonto a los días en que mi perrita Naranjita era una nena feliz, vivaz, intensa, donde siempre dejó notar su diferente forma de entregarnos su cariño. De miembros pesados, de contextura gruesa y mas alta que los perritos de su especie, la Naranjita saltaba y chocaba el morro contra la cara de quien quería hacer cariño. Muchas veces nos dejaba con un dolor intenso y muchas otras con hematomas pequeños, así era la Naranjita, intensa, con fuerza con ganas de vivir, impetuosa, linda.

Hoy se me pasan todos esos recuerdos por mi mente y lo que hoy queda de ella es dolor en sus patitas y una colchoneta de la cual un día decidió no pararse más.

Con unas palabras escritas en un papel médico por nuestra entrañable veterinaria nos hemos quedado esperando una sentencia que duele con el transcurrir de las horas. Sin embargo, ella sigue ahí, con la rendida convicción de no pararse en sus patitas, de cansancio, de años, de que su partida la recibe con resignación. Esa palabra duele, porque la resignación es algo que aceptas, pero con la cual no creces,no luchas sino que te quedas en ese lugar, y mi Naranjita se ha quedado en ese lugar.

Muchas veces no somos conscientes del valor de estas almitas puras que nos vienen a acompañar en nuestros caminos que sólo entregan cariño y piden cariño.

El plato de su alimento, el agua, el refugio, etc., parecen tan pequeños para lo que van sembrando en el diario vivir, transformando nuestras vidas para bien. Dulcificando. Alegrando. Entregando, siempre entregando.

Hasta siempre mi querida Naranjita.





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