EL CAER DE LOS NIÑOS, EL DESPERTAR DE LOS HOMBRES (PARTE 1)
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Pablo de Rokha
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Venidos de los tiempos del oro, donde las estancias estaban vacías antes de yacer... ..... Y ahí permanecimos impávidos ante nuestras miradas y las visiones eran inmensas, inmensas!!!! tan grandes que traíamos frutos a manos llenas y con ellos construimos nuestras aldeas olvidando los horizontes. Todo estaba claro, todo era claro y mirábamos hasta donde nuestras visiones ya se confundían con.... no se... no sabíamos que era. Más no importaba, porque si queríamos correr lo íbamos a alcanzar. Sí .Éramos felices, felices y saltábamos y corríamos fuerte, fuerte hasta jadear nuestra respiración.... si!! Éramos felices y nuestro hogar era donde estaba el suelo y era eterno, eterno!!! . No nos preocupaba la vida, porque vivíamos, no nos preocupaba nada mas porque esto era todo!! Porque no tenía límites.
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Sí. Éramos libres. Porque no quisimos nunca posesiones, pero lo queríamos todo.
De pronto vimos nacer de las fauces de los hombres una garra metálica q se agarraba de nuestra tierra y se encumbraba más y más sobre nuestro suelo. Y nos reunimos, y quisimos doblarla, doblegar el filo y el brillo metálico q tajeaba nuestro aire.
Y corrimos furiosos hacia ella, desesperados, ella no podía estar!!! Ella no podía existir!!! No en nuestro suelo!!!, no en nuestros sueños!!!!, y con mayor fuerza odiábamos y corríamos hacia aquella garra poderosa.
Su filo desgarraba nuestra piel y sentíamos nuestra sangre vertida por los cuerpos, mas la rabia era más que el dolor, mucho más y nos arrojábamos una y otra vez hasta verla doblegada, aniquilada, no importaba nuestra sangre, no importaba, lo único era derribar las aspas de la frialdad. Nuestra piel se desgarraba, nuestras fuerzas mermaban, nuestros ojos lloraban, nuestras manos destrozadas, nuestro suelo teñido de rojo. Y lloramos por nuestra tierra, mas la rebelión no cesaría allí. No. Lograríamos hacer de nuestra tierra eso. La nuestra. A poco continuar resistiendo la piel y el alma en la lucha no contábamos con lo que pronto sucedería....
Henchidos de odio destrozando y destrozándonos de pronto la atmósfera se llenó de un ruido atronador..... ......y vimos la imagen que quedaría grabada en nuestra memoria como un hito en ella...
Eran cientos!!! Miles!!! .... miles de filos nacían desde las grietas de nuestra tierra herida...... miles!!! Miles!!!
Eran tantos q formaban pasadizos laberínticos alzados al cielo.....todo se disgregaba... la tierra partida... los frutos pisados... la vida se nos iba.... inexorablemente .... El sol ya no pudo deslizar su suave caricia por aquel paisaje que abruptamente se transformaba en estrechez y soledad....
Miramos a nuestro alrededor y nos consumía la tristeza y el dolor de ver toda la fuerza que desprendía aquella mole fortalecida por los tiempos.... Y comenzamos a recorrer el febril laberinto en busca de una salida, q mas q salida, lo q de pronto nos sorprendimos buscando era una orientación. Y las preguntas súbitas surgían al caminar...... ¿dónde estamos?
En el laberinto nos perdimos de vista...Y nos separamos. Cada uno se vio inmerso en su propio rumbo. Atrás quedaron tiempos de manos tomadas y promesas vertidas.....
Al caminar.... sucedió algo.... algo q nunca antes habíamos visto y q nos extraviaría inexorablemente....
Aquellas garras afiladas reflejaban nuestros rostros y nuestros cuerpos... Sí. Nos vimos reflejados en aquella mole maldita y comenzamos a ver nuestras heridas. Nuestra piel desgarrada, la sangre manchando los cuerpos, las marcas del dolor.... y nos quedamos contemplándonos impávidos mucho, mucho tiempo. El reflejo era engañoso pues deformaba nuestros rostros. Pero nosotros no lo sabíamos porque no existía la verdad.
.....ya no buscábamos, ya no anhelábamos, aquello transmutaba.... ..Inexorablemente...
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