Miraba dentro de sus ojos; lo veía volar; veia que volaba. Su voz hablaba al horizonte , mirando hacia un punto lejano a través del cristal de la ventana. Me hablaba, yo lo miraba y podia darme cuenta que en ese momento él estaba en un punto muy muy alto, volando, planeando con suavidad, dulce, proyectando espacios con su voz, esbozando una sonrisa, alto, siempre muy alto. Sereno, siempre con aquella serenidad inmutable.
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